Por MARTHA LUCÍA RÍOS | Corresponsal Eje Cafetero

“Cuando una persona entra y no saluda es ¿mal educada o es muda?”, ésta frase al entrar a un recinto público me dejó pensando por que, por más tiempo que pase y así sean siglos, aquello de que “la educación no compite con nada”  toma vigencia cada vez más. Los buenos modales son una muestra de cultura, formación y hasta del grado de inteligencia.

Seguramente como yo muchos de ustedes han visto un collage de certificados, congresos, títulos, etc. que se exhiben en oficinas, consultorios y cualquier cantidad de profesiones a los cuales no me opongo, pues prepararse en la vida es necesario, aparte de disfrutar de lo que se elige como profesión, pero un pésimo comportamiento pasa a ser ofensivo, a menospreciar, falta de cortesía, desagradecimiento, desconsideración, aquí caben varios adjetivos. Entonces ¿cómo es posible que no saluden al entrar? y ¿por qué el humo del cigarrillo y otros elementos afines en el sitio que no es, incluso si hay niños? ¿Por qué la música estruendosa hasta altas horas de la noche? ¿Porqué insultos o sonidos de bocinas de carros si apenas cambió a verde el semáforo? ¿Porqué en una conferencia, salas de cine y demás suenan los celulares? ¿Porqué discriminar? ¿Porqué lo que hacen las mascotas de otros debe quedar en mi puerta o en mi jardín? ¿Porqué no respetar las filas? ¿Porqué basura tirada en las calles? ¿Porqué el vestuario inapropiado? ¿Porqué la impuntualidad? ¿Porqué esos piropos? ¿porqué?.

Desafortunadamente hay muchos ¿porqué?, no es desconocido para ninguno que esté en capacidad de comprender el stress que se maneja diariamente, que hay normas básicas de comportamiento en la sociedad y que la falta a una de ellas provoca, desde actos desagradables hasta los desafiantes. Éstas normas existen por que nos dan calidad de vida, nos representan como seres humanos individuales, dan un aire positivo en las áreas de trabajo, el entorno familiar y en la sana convivencia.

Y es que no es sólo lo que las personas estudian o saben, es lo que en su esencia son. Hay que generar pedagogía, tal vez explicando algo tan sencillo como:

“La base de la urbanidad, de la buena educación, es moral, no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”.

Amando de Miguel. 

“No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase”.

Coco Chanel.

En el absurdo del asunto es donde cuestiono ¿y para qué entonces lo que se aprendió? ¿Se perdió esa platica?. Es imprescindible el buen, o al menos un normal comportamiento, como acto de prioridad en nuestras vidas. Hay que dejar huella, ejemplos buenos a las futuras generaciones, pues esa mala impresión, por más maestrías y títulos que tenga una mujer o un hombre, con esos comportamientos baratos y un léxico tan pobre, es lo que desencanta pero, además cierra puertas.

¿Es tan difícil cambiar o la capacidad cerebral no da para más? y por si acaso hay algún tacaño leyendo, quiero decirle que los buenos modales son gratis.